¡La dieta baja en FODMAPs está de moda! Y a pesar de lo que pueda parecer me gustaría aclarar que no, no es otra dieta milagro.

Es una dieta que funciona para aliviar los problemas digestivos de algunas personas.

¿Sueles tener gases, hinchazón, dolor abdominal, estreñimiento o diarrea? ¿Estos síntomas son tan frecuentes e intensos que tienes la impresión de que no puedes llevar una vida normal?

A lo mejor esta dieta puede ayudarte. Sigue leyendo y averigua si la dieta baja en FODMAPs puede ser para ti.

¿Qué es la dieta baja en FODMAPs?

Es una dieta que se desarrolló hace ya unos cuantos años en una universidad australiana para ayudar a los pacientes con síndrome de intestino irritable (SII) a solucionar sus síntomas.

Es una dieta que tiene respaldo científico.

FODMAP es el acrónimo para Fermentables, Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y (And) Polioles. Todas estas palabras raras hacen referencia a distintos tipos de hidratos de carbono de cadena corta.

Cuando nuestro intestino no digiere estos hidratos de carbono de forma adecuada, llegan hasta el final de intestino y sirven como alimento para las bacterias intestinales. El resultado final es que se producen gases, que son el producto de la fermentación por parte de las bacterias intestinales de estos carbohidratos.

La presencia de estos FODMAPs sin digerir en el intestino también hace que se acumule agua en el intestino lo que provoca retortijones y diarrea.

La dieta baja en FODMAPs es una dieta que consiste en disminuir todo lo posible el consumo de este tipo de hidratos de carbono de cadena corta que se piensa que pueden ser los responsables de los síntomas digestivos desagradables.

¿Cómo se hace la dieta baja en FODMAPs?

Esta dieta está diseñada para hacerla en fases.

La primera fase es la más restrictiva, en la que se trata de reducir al máximo la ingesta de alimentos que contienen algún tipo de FODMAP. Esta fase se recomienda seguirla entre 2 y 6 semanas.

No es una dieta para toda la vida porque al limitar tantos alimentos puede resultar desequilibrada y aburrida.

La segunda fase es de pruebas. Durante esta fase se hacen pruebas sistemáticas de los diferentes tipos de FODMAPs. Se van probando de uno en uno los diferentes carbohidratos que pueden ser responsables de provocar síntomas.

Cada persona tiene una tolerancia individual. A todo el mundo no le sientan mal todos los FODMAPs. Durante esta fase se trata de buscar cuál o cuáles son los responsables de los síntomas personales de cada uno.

La tercera fase es la fase de mantenimiento. En esta fase cada persona tiene que hacer la dieta más amplia que su tolerancia individual le permita.

¿Para quién es la dieta baja en FODMAPs?

De forma ortodoxa es para personas que han sido diagnosticadas de SII.

Los síntomas que más mejoran cuando se sigue esta dieta son la hinchazón, los gases, el dolor abdominal y la diarrea. Por eso, las personas con SII con predominio de diarreas son las que más se suelen beneficiar de seguir una dieta baja en FODMAPs.

Las personas con SII con predominio de estreñimiento también pueden sentir mejoría cuando la siguen.

No todas las personas diagnosticadas con SII se benefician de la dieta baja en FODMAPs. Si al cabo de unas semanas de seguir la dieta bien hecha no se siente mejoría, no merece la pena seguir haciendo restricciones. En ese caso lo mejor es olvidarse del listado de alimentos “prohibidos” y buscar otro tipo de soluciones.

¿Qué otros usos puede tener la dieta baja en FODMAPs?

En personas con sospecha de tener una intolerancia digestiva, esta dieta puede emplearse también como una herramienta de diagnóstico, para identificar intolerancias a hidratos de carbono.

La dieta baja en FODMAPs se está empleando actualmente como coadyuvante en el tratamiento con antibióticos del sobrecrecimiento bacteriano (SIBO). Se cree que la dieta baja en FODMAPs puede ayudar a “matar de hambre” a las bacterias que han crecido de forma descontrolada en el intestino delgado. Pero este uso es experimental, hasta la fecha no existe evidencia científica que apoye su utilidad en este caso.

También se está investigando sobre la utilidad de la dieta baja en FODMAPs en otras patologías digestivas:

  • En personas con enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa o Crohn) que están en fase de remisión pero siguen teniendo síntomas funcionales
  • En personas con sensibilidad al gluten no celíaca
  • En casos de esclerosis sistémica o fibromialgia con síntomas gastrointestinales

Siempre con acompañamiento profesional

En primer lugar, todas las dietas restrictivas, en las que hay que evitar muchos alimentos, son potencialmente peligrosas si se hacen sin ton ni son. Este tipo de dietas que tienen listados de alimentos “prohibidos” siempre deberían hacerse bajo la supervisión de un nutricionista.

El nutricionista te va a ayudar a planificar y revisará que tu dieta no sea desequilibrada a pesar de las restricciones.

En segundo lugar, las fases de prueba y reintroducción de alimentos no son tan fáciles de hacer. Con ayuda de un profesional ahorrarás tiempo y evitarás errores.

Si a leer este artículo has pensado que esta dieta puede ser para ti, no dudes en ponerte en contacto conmigo.